¿Por qué será que a los seres humanos nos encanta imaginar nuestra destrucción? Para empezar el año, Discovery Channel nos receta una perla de optimismo: Escenas del Apocalipsis. Un especial de dos horas en donde nos mostrará las diversas formas en que el mundo se acabará. Puede ser por una guerra nuclear, un virus o un meteorito.
Sin embargo, la última moda del fin del mundo viene de la hermana república de Yucatán (saludos, Felipe Escalante) y lugares circunvecinos que fueron el hogar de la cultura maya.
Con Nostradamus francamente devaluado y sin un nuevo anuncio del apocalipsis por parte de los Testigos de Jehová, se hace necesario tener un nuevo monstruo frente a nosotros, como si la crisis económica no fuera ya bastante problema.
¿Ahora de qué se trata?, pues resulta que en 2012 se acaba el ciclo actual del Calendario Maya, y las profecías que nos dejaron se van a cumplir. No está claro si el mundo se acabará o entraremos a una "nueva etapa de florecimiento espiritual", pero ¡de que se destruye, se destruye!
Un tema así tiene que manejarse con cuidado; es muy sencillo manipular la información para provocar el miedo de la gente, ya que éste es una excelente herramienta de control social, además de que es un buen medio para impulsar el consumo, como señaló Marilyn Manson en Bowling for Columbine.
El mito de 2012 es interesante, porque involucra el uso sesgado de la historia. Por esa razón quiero dedicarle un post. Estoy convencido de que si nuestra sociedad cuenta con información de calidad sobre todos los temas que le atañen, tendrá mejores elementos para construir su futuro.
La historia nos rodea y sigue siendo un arma poderosa. Me ofende verla manipulada y por eso me gusta escribir sobre estos temas. Creo que también es obligación de los historiadores brindar nuestro conocimiento para que nuestra sociedad mejore, y mientras más y mejor historia sepa, su destino será más claro.
Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes. ¿Qué es el calendario maya?
Enrique Florescano, Miguel León-Portilla y otros autores han abordado este tema. Los pueblos mesoamericanos compartían un mismo calendario, aunque cada uno de ellos se otorgaba el mérito de haberlo creado. El calendario mesoamericano surgió para ordenar el tiempo, tanto el de los días comunes como el de los grandes sucesos. Está basado en una aguda observación de los astros, lo que lo hizo muy preciso.
Mesoamérica (por ende, los mayas) contaba con tres tipos de calendarios:
- un calendario sagrado, de 260 días de duración, al que los mayas llamaban Tzolkin. Supuestamente su origen está en el tiempo que tarda la gestación humana. Los mexicas lo llamaban Tonalpohualli y lo usaban para predecir el futuro.
- un calendario agrícola, llamado Haab por los mayas. Estaba dividido en 18 meses de 20 días cada uno. Al final del último mes se contaban cinco días más, llamados Uayeb, "días vacíos", para tener un año de 365 días, que es el tiempo que tarda la tierra en darle la vuelta al sol.
- una "rueda calendárica", o Katun, que estaba formada por ciclos de 52 años, y que combinaba los dos ciclos anteriores.
También existía un ciclo mayor: la Cuenta Larga, o Baktun. Cada uno de éstos duraba 394 años, poquito más de 7 Katunes. Florescano señala que la Cuenta Larga registraba el número de días transcurridos desde el año 3114 a.c., una fecha mítica escogida por los mayas, y que probablemente servía para que los dirigentes registraran su ascendencia genealógica y la vincularan con su presente.
Hasta el momento han transcurrido 12 Baktunes. Lo interesante viene aquí: el Baktun actual comenzó en 1618 y terminará…¡el 21 de diciembre de 2012!
O sea que, el 22 de diciembre de ese año comenzará un nuevo Baktun, pero si eso ocurre quiere decir que el tiempo seguirá existiendo, y que la vida continuará para que los hombres sigan guardando registro de sus actos…pero todo eso destruye la idea del fin del mundo, y todavía no quiero acabar este post.
Los mayas son uno de los pueblos más fascinantes de Mesoamérica, pero no ha sido fácil estudiarlos. Diego de Landa se encargó de destruir muchos códices a principios de la Colonia, por lo que nos quedan relativamente pocos testimonios. A eso súmale que hasta el siglo XX los especialistas pudieron "traducir" el lenguaje maya. Apenas ahora estamos empezando realmente a leerlos.
Sin embargo, eso no ha impedido que a los mayas se les cubra con una capa de exotismo. Uno de los encargados del "negocio maya" fue un señor muy famoso en los años 70: Erich Von Däniken.
Este tipo se dedicó a escribir libros sobre extraterrestres, y se le ocurrió que, ya que los mayas habían desaparecido "súbitamente", seguramente se subieron a sus ovnis y nos abandonaron. Pero nos dejaron pruebas de su origen estelar, como el famoso "Astronauta de palenque".
Von Däniken pasó de moda, pero en los círculos pseudoesotéricos y new age continuó la idea de que los mayas venían del espacio, y peor aún, que pensaban regresar.
Justamente en 2012 los tendremos de nuevo por aquí, según esta creencia.
Y al parecer, la idea del retorno maya ha llegado a niveles muy altos, como demuestra José Gil Olmos en su libro Los brujos del poder. El ocultismo en la política mexicana.
Por lo pronto, ya apareció en Youtube el trailer de una película que tratará sobre el mito del 2012, y que viene acompañada de una fuerte campaña de publicidad viral, para que sea un gran éxito.
Durante toda su historia, el ser humano ha especulado sobre cómo será su final. Y el horror ante el fin ha sido, como dije arriba, una excelente herramienta de control político.
Sin embargo, el fin del mundo no ha llegado (a pesar de todos nuestros intentos por lograrlo). ¿No es tiempo ya de abandonar esas ideas y recobrar la confianza en que el mañana puede ser mejor que nuestro presente?
A menos, claro, que el apocalipsis en realidad ya haya ocurrido y no nos diéramos cuenta. En ese caso, tú, yo y todos estamos en el…¡oh, Dios!
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